A principios de mes se subastó el manuscrito de la novela The Sign of Four, de Arthur Conan Doyle, en la que reáparecen el detective Sherlock Holmes y su ayudante, el doctor Watson.
Lá celebre pareja había nacido en la novela anterior de Doyle, Estudio en escarlata (de la que se conserva tan solo una página del manuscrito). A pesar de los reclamos de varios admiradores, Arthur Conan Doyle no quería verse obligado a desarrollar una serie de relatos que tuviera a Holmes y Watson como protagonistas. Sin embargo, cambió de parecer después de una cena realizada a fines de 1889 en un elegante hotel de Londres. Allí, el editor del mensuario literario norteamericano Lippincott`s les pidió, a él y a Oscar Wilde, novelas cortas para editárselas en los Estados Unidos.
Respondiendo a tal pedido, Wilde escribió El retrato de Dorian Gray y Doyle The Sign of Four. La aparición, en 1890, de esta última novela fue el inicio de un éxito comercial de tal magnitud que a Conan Doyle ya no le fue fácil resistirse a narrar nuevas aventuras del detective Sherlock Holmes.
Además de bastante dinero, esas novelas le dieron al escritor escocés una fama de la que abjuró al final de su vida. Conan Doyle creía que el detective había opacado “lo mejor de su obra” y que por eso nunca lograría, como su admirado amigo Oscar Wilde, un lugar destacado en la historia literaria. En esto, le faltó el olfato de su infalible personaje.
CLARIN – jueves 19 de diciembre de 1996